A 38 kilómetros de la ciudad de Mendoza y en pleno Corredor Andino se ubica el espejo de agua de Potrerillos, el que, cuando finalice su llenado, ocupará unas 1.500 hectáreas y alcanzará los 14 kilómetros de largo y casi 3 de ancho máximo. La majestuosidad de este marco, sumada a la belleza del paisaje natural, el aire puro, el clima y el ambiente de montaña, redunda en un gran potencial turístico y recreativo a nivel internacional.
La consolidación de este polo implica la valorización de las tierras y el desarrollo de una infraestructura turística que generará importantes ingresos y puestos de trabajo, tanto en el perilago como en las zonas de influencia, en circuitos turísticos cercanos o en la actividad de hotelería y servicios de los alrededores y de la propia capital de Mendoza.